Este cuento fue inspirado en una anécdota contada por una hermosa contertuliana y excelente poeta llamada Aracelis Bracho, simplemente tomé la historia y la llevé al mundo de la ficción... como siempre, espero que les guste
Ganas de vivir
Por: Arturo Pérez Arteaga:.
En
sus ansias desesperadas por vivir y aprender para escapar del yugo que la
oprimía, decidió no comer por mucho tiempo para saber lo que es el hambre.
Del mismo modo, más adelante dejó de ingerir líquidos casi hasta deshidratarse para tener noción de la sed y sus estragos. Al llevar sus experimentos a un extremo desesperado, se atrevió a caminar por las cornisas de su casa y así acercarse a una experiencia parecida a la muerte.
Del mismo modo, más adelante dejó de ingerir líquidos casi hasta deshidratarse para tener noción de la sed y sus estragos. Al llevar sus experimentos a un extremo desesperado, se atrevió a caminar por las cornisas de su casa y así acercarse a una experiencia parecida a la muerte.
Quizá esa sea la razón por la que hoy, a punto de exhalar su último suspiro,
piensa que morir es muy doloroso, al recordar la gran paliza que
le dieron cuando la descubrieron en su caminata al borde de aquel tejado.
-APA-
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