Aclaratoria Importante

Este blog, acaba de cambiar de nombre, porque el de "Trinchera Literaria" fué cedido al colectivo de letras al cual pertenezco. No obstante los objetivos permanecen intactos, espero seguir contando con sus visitas

miércoles, 28 de septiembre de 2016

La Siempre Genial Mafalda










Mafalda siempre me ha parecido tan brillante, que en mas de una ocasión he olvidado que se trata del producto de la imaginacón del genial QUINO, quien mas que un comediante, humorista, caricaturista o como lo quieran calificar, yo considero un gran filósofo, un hombre que logró crear este personaje que trascendió y se ha hecho inmortal.

Esta niña argentina, mas humana que mucha gente de carne y hueso que conozco, es un símbolo de madurez política, de sentido crítico y reflexivo, de humor con profundo sarcasmo y un gran amor por el planeta y sus habitantes, a pesar de todo. Alguien de quien podemos aprender muchísimo. Creo que por mucho que pueda decir, me seguiré quedando corto ante la cantidad de calificativos que le puedo dar.

Me parece que el personaje de la caricatura Los Simpson, Lisa, no es mas que un burdo intento por copiar en algo lo que Mafalda ha sembrado en quienes hemos tenido el placer de conocerla.

Si hasta ahora no la has leido, no pierdas un minuto mas y conócela, seguro estoy de que no te arrepentirás.

martes, 27 de septiembre de 2016

Consejos para un buen orador



Es vital que conozcas del tema sobre el cual estás hablando y que creas realmente en lo que estás comunicando. La credibilidad es la mayor cualidad que puede proyectar un orador.

No sobreactúes ni aparentes lo que no eres, porque tarde o temprano, las posturas poco auténticas son imposibles de mantener y al descubrirse la actuación, se pierde la confianza y con esto, todo lo demás.

Por otro lado, es importante manejar muy bien el tema de la humildad, porque muchos la confunden con pobreza o capacidad de humillación y no tiene nada que ver con eso. La humildad es la capacidad que tenemos de reconocer nuestras debilidades o limitaciones pero tambien nuestras fortalezas, desde luego, sin ser arrogantes o poco modestos, se trata de simplemente conocernos y darnos a conocer tal cual somos.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Remembranzas, un cuento de mi autoría



Remembranzas


Por: Arturo Pérez Arteaga :.




Allí sentada frente al mar en su taburete de cuero y bajo una frondosa mata de uva playera, en un remanso fresco y tranquilo de esos que ofrecen los cientos de kilómetros de playa hermosa y eterna de nuestro país, bajo un sol radiante como la vida, fuerte como nuestra gente y generoso como nuestro suelo, se encontraba doña Carmen contemplando la inmensidad y la belleza que le rodeaba sin otra compañía que sus recuerdos, que para esa tarde estaban vivos, mas vivos que nunca, mas vivos que siempre.
Con el rostro surcado por marcas imborrables que el padre tiempo le ha regalado, como medallas de valor y constancia para quien se ha atrevido a venir a este mundo y vivir, vivir mucho y con toda la intensidad de la que pudo ser capaz.
Su cabello cano, blanquito como la espuma de esas olas que chocan impetuosas contra la playa, demostrando, en una dualidad casi mágica, su fortaleza demoledora y a su vez la suavidad rítmica con la que termina a los pies de doña Carmen casi domada, casi vencida, casi dormida; para luego volver y atacar con el mismo ímpetu, en una secuencia tan vieja e infinita como el tiempo mismo.
Su piel, curtida por el sol y por el paso de los años, habiendo perdido la consistencia lozana de otrora, había sido testigo de sensaciones mil, que coleccionó a lo largo de sus muchos años, desde el frío de nuestros páramos, hasta sudar por el calor intenso de nuestros médanos o por su participación en cuanto baile, concentración, o bochinche pudo estar hasta terminar exhausta pero satisfecha. Esa misma piel que se puso como de gallina cuando recibió su primer beso de amor, o para ser totalmente sinceros, con cada beso recibido, porque cada beso para ella fue único e irrepetible, desde el mas corto hasta el mas largo, desde el beso en la frente dado por su padre adorado, su primer amor, pasando por el beso apasionado de aquella vez en la cual se entregó por primera vez al hombre que ella escogió y llegando hasta el beso recibido en las mejillas con la ternura y el amor que hijos y nietos saben prodigar. Piel que tembló de miedo en muchas ocasiones y que fue testigo fiel de las sensaciones, venturas y desventuras de una mujer que a pulso se ganó ese título que le ha honrado desde siempre y con el cual se identifica con la patria, porque según doña Carmen, “La patria tiene que ser una mujer, una mujer indómita, rebelde, pero dulce y amorosa”.
En esta ocasión, como en pocas otras, doña Carmen estaba absorta, como distraída, recordando, enumerando, reviviendo…
Recordaba su niñez y los juegos con sus ocho hermanas y hermanos que no podían ser muchos, porque todas y todos debían ayudar a sus padres a trabajar la tierra para llevar a la mesa el sustento diario. Evocaba la vez que escuchó la radio que se encontraba en la bodega del pueblo donde nació, aparatito aquel bastante curioso y que era la atracción del momento porque mágicamente parecía contener dentro de sí muchos hombres y mujeres y todo tipo de instrumentos para hacer música, muy lejos estaba la niña Carmen de pensar que se trataba de la difusión de ondas hertzianas y mucho menos escuchar hablar de cosas como el espectro radioeléctrico. Fue a través de ese aparatito donde pudo conocer el mundo mas allá de lo que había visto y fue allí donde por primera vez, en su noticiero, escuchó hablar de términos como gobierno, presidente, huelgas y esos temas que para ella eran bastante extraños y como todo niño o niña, prefiere concentrarse en las cosas que menos se parezcan a la de los adultos. Le vino un recuerdo muy vivido de la ocasión en la que Evangelista, su hermana mayor, había roto la vasija de barro en la que traían agua del río, al ver surcar por los cielos aquel enorme pájaro de acero que les hizo creer que estaban siendo visitados por dioses o seres de otros mundos, sólo relatados en las historias de la radio y así Carmen y sus hermanos conocieron lo que después supieron, era un avión.
Venía a su memoria todo el trabajo y hambre que pasaron ella y sus hermanos y hermanas cuando su padre, de la noche a la mañana decidió dejar su campo amado para probar fortuna en la Capital de la República, con la idea de obtener una mejor vida para todas y todos y partieron llenos de esperanza, dejando atrás su conuco que al menos les dotaba de la comida diaria, para llegar a vivir en un rancho de lata que estaba en un cerro, en los márgenes del río que atravesaba una pujante ciudad, misma que creció a sus ojos, a medida que ella se hacía señorita. Fueron esos, años muy duros y doña Carmen no pudo evitar rememorar todas las cosas que tuvieron que pasar para tratar de conseguir esa mejor vida de la que su padre tanto hablaba y que ella, a punta de buscarla no había podido encontrar. En esos años, otra gente, que al parecer también había ido a la Capital a buscar lo mismo que su padre, se asentó en los sitios adyacentes y los barrios y ranchos fueron creciendo y creciendo, poblándose y multiplicándose y con la gran cantidad de gente llegaron los problemas y necesidades, el hambre se hizo presente, tanto en su hogar, como en el de sus vecinos. El miedo se instaló en su corazón cuando uno de sus hermanos fue muerto a causa de una de esas personas, que intentaban ganar la buena vida de forma fácil o que simplemente había sido cegado por tanta miseria y tanta hambre. A pesar de todo, Carmen salió adelante, su familia se mantuvo unida incluso luego de la muerte de su padre, otro doloroso recuerdo, pero para esto tuvieron que trabajar muy duro, siendo explotadas y explotados en cualquier cantidad de oficios, cada uno mas degradante y miserable que el anterior, trabajando para patrones que no entendían y bueno, aún muchos no lo hacen, que el obrero no es su esclavo, sino su igual y que el trabajo es un claro dignificador de la condición humana y no un castigo como por años se nos ha querido imponer. Recordó a su primer amor de juventud que pese a toda la situación también lo hubo, porque: “los pobres debemos tener tiempo para todo” según las palabras de la misma Carmen.
Revivió el momento cuando nacieron sus hijos y como con esfuerzo los crió, tratando de mantenerlos alejados de los vicios.
También vino a su memoria el instante cuando, con muchos esfuerzos, pudieron comprar su primer televisor. Aparato que ya sin la inocencia de sus años de niñez le seguí pareciendo mágico, quizá por su condición de pueblerina o quizá por esa capacidad que siempre tuvo de no renunciar a la magia que debe albergar nuestro corazón con el fin de mantener siempre viva la esperanza y la fe. Fue por ese aparato por donde pudo ver como el país, al igual que ella, crecía y maduraba con el paso de los años. Rememoraba como cada cinco años varios señores de traje y corbata aparecían por allí prometiendo mejorar y cambiar todo, esos mismos señores, en un verdadero acto de magia, eran vistos en esas ocasiones por el barrio saludando gente y prometiendo mucho, prometiendo de todo. Nunca pudo olvidar Carmen, la ocasión en la cual uno de esos señores le entregó una caja de zapatos para unos de sus niños y su cara se llenó de alegría primero al recibirla y de frustración luego al comprobar que dentro de la caja sólo había un zapatito, “esto debe ser un error” se dijo y corrió tras el señor para decirle lo que pasaba, obteniendo por respuesta: “cuando gane te entregaré el otro zapato”. Ese señor no ganó y doña Carmen aún conserva el zapato en su cajita como un recuerdo de aquellos años que ella misma llamó de promesas y mas promesas.


Otra Real Historia de Amor

Otro de mis cuentos breves, espero lo disfruten

Amor Entre Puntos y Comas

Uno de mis cuentos breves