Es vital que conozcas del tema sobre el cual estás hablando y que creas realmente en lo que estás comunicando. La credibilidad es la mayor cualidad que puede proyectar un orador.
No sobreactúes ni aparentes lo que no eres, porque tarde o temprano, las posturas poco auténticas son imposibles de mantener y al descubrirse la actuación, se pierde la confianza y con esto, todo lo demás.
Por otro lado, es importante manejar muy bien el tema de la humildad, porque muchos la confunden con pobreza o capacidad de humillación y no tiene nada que ver con eso. La humildad es la capacidad que tenemos de reconocer nuestras debilidades o limitaciones pero tambien nuestras fortalezas, desde luego, sin ser arrogantes o poco modestos, se trata de simplemente conocernos y darnos a conocer tal cual somos.
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