Este cuento de mi autoría, también puede ser encontrado en el libro "Cuentos en progreso" editado cordialmente por nuestros amigos de Novilunio, aquí les dejo el enlace para que lo puedan descargar completo:
Es una historia que presenta la humanización de un objeto asociada al comportamiento humano de estos y todos los tiempos... que lo disfruten
Reflejos
De: Arturo Pérez Arteaga:.
Inmutable y orgulloso permanecía en su lugar de siempre al ser el objeto de las miradas de todo aquel que osara pasar y posar frente a él. Muy pocas veces a lo largo del tiempo fue movido de sitio, su enorme presencia era considerada imprescindible en la familia, tanto las mujeres hermosas, como las personas menos agraciadas querían verse reflejadas en él, las primeras con su coquetería característica, se le exhibían para estudiar hasta el más mínimo detalle de su bella apariencia y el resto aunque sea para constatar que su fealdad no había cedido un ápice desde la ocasión anterior.
Contaba dentro de sus hazañas presenciar la desnudez y el desfile en ropa interior de las mujeres de la casa, en muchas ocasiones especiales como cumpleaños, citas importantes y matrimonios y con menos orgullo y más vergüenza, ser el testigo silente de cuerpos desnudos que frente a él se entrelazaron para amarse.
Podía dar fe de situaciones extremas cuando en un momento aciago, copa en mano, la dueña de la casa comprobó los actos de infidelidad de su marido y estrelló la copa contra él, milagrosamente aquel acto de ira no le produjo deterioro alguno, ni una grieta, ni una astilla, suerte no compartida por la copa, que en mil pedazos se quebró como la confianza de la dama. A partir de entonces, se convirtió en una especie de mito porque los dueños de la casa, luego de haber superado la crisis sin entrar en detalles incómodos, compartían con la visita la leyenda de que era indestructible y mágico. Esta historia, sin lugar a dudas, lo hizo más popular entre propios y extraños.
Un buen día, como fatigado de observar, harto de no poder opinar o quejarse, decidió explotar en incuantificables fragmentos sin apenas ser tocado por nada o por nadie. Fueron muchas las conjeturas que rodearon el inesperado final, no obstante el hecho concreto se reduce a que el espejo ya no sería fiel reflejo de aquella ni de otra realidad.
Contaba dentro de sus hazañas presenciar la desnudez y el desfile en ropa interior de las mujeres de la casa, en muchas ocasiones especiales como cumpleaños, citas importantes y matrimonios y con menos orgullo y más vergüenza, ser el testigo silente de cuerpos desnudos que frente a él se entrelazaron para amarse.
Podía dar fe de situaciones extremas cuando en un momento aciago, copa en mano, la dueña de la casa comprobó los actos de infidelidad de su marido y estrelló la copa contra él, milagrosamente aquel acto de ira no le produjo deterioro alguno, ni una grieta, ni una astilla, suerte no compartida por la copa, que en mil pedazos se quebró como la confianza de la dama. A partir de entonces, se convirtió en una especie de mito porque los dueños de la casa, luego de haber superado la crisis sin entrar en detalles incómodos, compartían con la visita la leyenda de que era indestructible y mágico. Esta historia, sin lugar a dudas, lo hizo más popular entre propios y extraños.
Un buen día, como fatigado de observar, harto de no poder opinar o quejarse, decidió explotar en incuantificables fragmentos sin apenas ser tocado por nada o por nadie. Fueron muchas las conjeturas que rodearon el inesperado final, no obstante el hecho concreto se reduce a que el espejo ya no sería fiel reflejo de aquella ni de otra realidad.
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